lunes, 14 de abril de 2008

BUENA ANÉCDOTA


Habla Santiago Rindel:

Teníamos que rodar BUENOS MUCHACHOS en seis horas. Después de ese tiempo, teníamos que devolver el equipo. Estuvimos toda la semana mirando la predicción del tiempo: un sol como una casa en todo Madrid. El día del rodaje, como no podía ser de otra forma, se puso a llover. Y una gran parte del corto se desarrollaba en exteriores. Empezamos a filmar recursos dentro del auto hasta que apareció un viejo mendigo que dormía en esa misma calle y tenía una barba blanca que le llegaba hasta el pecho.

-¿Qué están haciendo?, preguntó -. ¿Un corto? Ah... yo soy escritor. Pero la lluvia no les está haciendo mucho bien, me parece. A ver si pudo solucionarlo.

Ninungo le hicimos ni puto caso... ¡teníamos seis horas para terminar el puñetero corto! Cinco minutos después... la lluvia desapareció y lucía un sol enorme en el cielo. ¿Del viejo? Ninguno volvió a saber nada. Eso sí: aparece en los agradecimientos del corto como Señor de la Barba Blanca. También podríamos haberle llamado Dios y todos habrían sabido a quién nos referíamos.

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