miércoles, 30 de abril de 2008

AMOR POR EL RON


Hay diversas anécdotas en relación con AMORÍOS. Se puede decir que en relación con otros cortometrajes, fue un rodaje complicado aunque también es cierto que la ambición de la historia y del equipo técnico y humano que hubo que poner en marcha es comprensible que tal cosa sucediera.

Desde que la mitad de los títulos de crédito están mal escritos -incluyendo que a mí me acreditan como Jose Javier Lopez (¿?)... puestos a cambiarme el nombre artístico, podrían haberme escrito José Javier Lopez Vázquez ;P -, pasando por el hecho de que tuvimos que cortar momentáneamente el tráfico de la emblemática plaza de Tirso de Molina -cosa que teníamos totalmente prohibida - y finalizando en la anédota del ron con piña, que no sé por qué, es la que más destacan los directores Tomás Rojo y Santiago Rindel cuando les preguntan al respecto.


Lo que sucedió fue que no pensé que el corto iba a ser algo tan profesional. Ni siquiera eso... lo cierto es que no tengo ni idea de por qué lo hice. Pero lo hice. Me presenté en el rodaje con una botella de ron y un cartón de zumo de piña. Pronto circuló el rumor de que uno de los actores estaba borracho -obviamente, ese actor era yo... y obviamente, no estaba borracho... estaba en proceso de, que es distinto -. Lo que sí es cierto es que la noche fue muy larga y después del rodaje nos fuimos de fiesta. Ni siquiera sé cómo acabé en casa de Santiago y Tomás, ni por qué me quedé a dormir allí... pero ya nunca me fui. Uy, que bonito.


P.D.: Lo cierto es que quería hacer como Errol Flynn, que se inyectaba vodka en naranjas para que nadie sospechase que bebía en los rodajes... pero la jeringuilla se rompía con la dura piel de la piña.

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