miércoles, 26 de marzo de 2008

MESA DE TRABAJO

No sabría decir cuánto tiempo me llevó escribir el guión. De hecho, no creo que se termine de escribir nunca el guión de una película hasta que se apagan las luces y se enciende el proyector en la sala del cine.

El primer borrador sí puedo decir que me costó tres fines de semana atado al escritorio y una botella de whisky, a razón de diez páginas por día y muchas consultas a mis amigos cuando me quedaba bloqueado. Esa era la parte fácil.

La difícil son las reescrituras. Pequeños cambios como eliminar completamente personajes que en el primer borrador eran fundamentales; añadir nuevos que se convierten en protagonistas o hacer que dos personajes que en la primera versión no se conocían de nada acaben siendo padre e hijo. Ese tipo de cambios. Pero, eh, eres el puto escritor. El guión es tu universo y tú eres su dios. Un dios sin pizca de criterio ni sentido común, quizás, pero bueno... ¿conocéis otro dios que no sea así?

Mucha gente me dice cual es el secreto para escribir. Bien, partimos de la base de que yo no soy escritor. Pero sé escribir. Igual que todo el mundo (miento: mi abuela no sabe, pero le he comprado unos cuadernillos Rubio y va mejorando).

Siéntate con una hoja de papel en blanco y un bolígrafo. Escribe cualquier cosa, lo que sea. Ponte música –hay muchos escritores que lo hacen, yo no – o un whisky –esto sí lo hago -. No te preocupes si lo primero que escribes no vale una mierda. La primera versión de GAMBITO tenía ciento veinte páginas. De ellas, borré la mitad y reescribí la otra mitad. Pero sin esas ciento veinte páginas de mierda que escribí primero no podría haber llegado a ninguna parte.

No hay comentarios: