miércoles, 26 de marzo de 2008

INICIOS

La gente se piensa que ser actor mola. Y… la verdad es que sí. También piensan que alguien que dice de sí mismo que es actor pero que no aparece ni en televisión, ni en cine, ni en teatro es que en realidad vive del aire, tocándose las narices. Y… la verdad es que también tienen razón.

Me fui de Yecla cuando terminé el bachillerato. Lo único que quería era irme de allí porque estaba un poco quemado, así que me apunté en la primera carrera donde me aceptaron: Sociología. Es lo que hizo el ochenta por ciento de la gente que conozco. Ahora que la mayoría ya han terminado y tienen el título colgado en la pared dirán que no, que en realidad es lo que siempre quisieron hacer. Los más afortunados hasta dirán la verdad. Aún recuerdo aquellas charlas en el patio de recreo cuando Fulanito decía que de mayor iba a ser futbolista, Menganito iba a convertirse en astronauta; y Pascualín soñaba con ser… ingeniero agrónomo. Sí, todos le mirábamos como si estuviera loco pero ahora que ha conseguido su sueño, Pascualín se ríe de todos nosotros. ¡Di que sí, Pascualín! De todo tiene que haber en este mundo.

Yo siempre quise estar rodeado de los payasos, las putas y los vagos. Y encontré mi lugar en la interpretación, que viene a ser la suma de todo lo anterior.

P.D.: Creo que el primer semestre fui a media docena de clases en la facultad. Para el segundo semestre ya estaba apuntado a una escuela de teatro que duró muy poco y me costó mucho. Pero me sentía el nuevo Marlon Brando. Gilipollas…

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