jueves, 22 de mayo de 2008

NO ES, PERO SE LE PARECE


Otro que sufrió el peso de su personaje fue Rubén Torres, nuestro Gandalf particular. Que parece que no, pero prueba a ponerte una túnica de monje, una barba que pica como un sarpullido y un gorro de bruja durante cinco horas mientras tienes un foco apuntándote en plena cara y tienes que recitar parrafadas del tipo: "Dos serán los que me traigan suerte, como dos fueron los medianos que cruzaron la tierra media en busca del monte del Destino".
Entre todos, encontraron una solución salomónica: se pegaban los guiones en el compañero que tenían enfrente y los iban leyendo mientras rodaban. Ríete tú del método Stanislavsky. Si ya lo decía él en esta foto: "Tengo más paciencia que un santo".

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