Dedicarse al mundo de las artes tiene de vez en cuando gratas sorpresas, como las de encontrarte a una leyenda viva de la interpretación en el salón de tu casa. Hablo de Manuel de Blas, un todoterreno que nació en Badajoz en 1941, se crió en Córdoba y se afincó en Madrid para estudiar Ciencias Políticas. Debutó en el cine en 1962 y hasta el día de hoy ha trabajado con algunos de los mejores directores españoles de la historia como Miguel Hermoso, Vicente Aranda, Manuel Gutiérrez Aragón, Emilio Martínez Lázaro, José Luis Cuerda, Carlos Saura o el inmortal Fernando Fernán Gómez. Amén de colaboraciones en el panorama internacional, siendo dirigido por, entre otros, Ridley Scott o Milos Forman.
Por si todo esto fuera poco, a lo largo de su trayectoria también ha tenido tiempo para dedicarse a la televisión (recientemente, en Amar en tiempos revueltos) y el teatro (siendo Premio Nacional del año 1992).
Lo dicho: una leyenda viva de la interpretación, aparte de una excelente persona, que por casualidad se dejó caer por casa para tomar una Coca Cola y dar vida a Francisco.
Todo un honor.
Por si todo esto fuera poco, a lo largo de su trayectoria también ha tenido tiempo para dedicarse a la televisión (recientemente, en Amar en tiempos revueltos) y el teatro (siendo Premio Nacional del año 1992).
Lo dicho: una leyenda viva de la interpretación, aparte de una excelente persona, que por casualidad se dejó caer por casa para tomar una Coca Cola y dar vida a Francisco.
Todo un honor.
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